,

"Hemos demostrado que es posible el consumo cero de energía"

Last modified by the author on 01/08/2014 - 00:00

Han conseguido ser el primer centro de trabajo en España 100% autosuficiente energéticamente.

Franc Comino es ingeniero y socio fundador de Wattia Innova, que es en realidad la unión de dos empresas : iGetech Innova, centrada en la eficiencia energética, y Analitzadors, de asesoramiento energético. La suma da más de 12 años de experiencia y muchas ideas para ayudar a todo tipo de edificios e industrias a reducir el gasto y la factura de energía.

Su obsesión era demostrar que los sistemas de control, lo que conocemos como domótica, no son sólo extravagancias para casas de lujo, sino que se pueden aplicar para mejorar la gestión de la energía. Y lo han conseguido. La sede de Wattia Innova se encuentra a unas oficinas de Olot que ya han convertido en un laboratorio de referencia. Bajo el nombre de Espai Zero, han conseguido ser el primer centro de trabajo en España 100% autosuficiente energéticamente.

¿Qué es y qué hace Wattia Innova?

Wattia Innova desarrolla los sistemas necesarios para poder analizar el gasto energético de cualquier edificio o industria, de manera que podamos saber cómo y cuándo se está gastando la energía, y como la podemos ahorrar. Lo que hemos creado son productos muy sencillos de utilizar, tanto para nosotros como para nuestros clientes, que nos permiten saber porque se gasta mucho de electricidad, de calefacción o de gasoil, por ejemplo. Una vez tenemos esta evaluación, aplicamos varios sistemas para reducir el consumo.

¿Cómo son estos sistemas de evaluación?
Nuestro producto estrella es el Smart Lite. Se trata de una maleta que hemos diseñado íntegramente, que permite medir y registrar el consumo no sólo de un solo punto como hacen otros productos similares, sino hasta 24 puntos al mismo tiempo. Esto permite realizar una auditoría en muy poco tiempo incluso en empresas medianas y grandes. Y hemos desarrollado un software abierto que nos ayuda a agilizar todos los cálculos. Podemos hacer una auditoría completa en sólo tres días.

¿A quien os dirigís?
Principalmente a industrias o edificios terciarios donde haya un mínimo de consumo. En las viviendas particulares no hay tanto margen de ahorro, y lo que se puede hacer ya es más conocido. Vamos más encarados a grandes consumidores de energía: fábricas, hoteles, centros de enseñanza, etc.

Uno de sus primeros trabajos fue en el instituto de enseñanza secundaria de la Garrotxa. ¿Qué hicisteis exactamente?
Este es un caso curioso, porque de las veinte personas que trabajamos en Wattia, una quincena somos de este instituto. Éramos conocedores de primera mano de un edificio en el que sufríamos frío y calor, con zonas que estaban a 16 grados y otras a 28, por un sistema de climatización que no funcionaba bien. Les propusimos aplicar un sistema de control en el que nosotros hacíamos el proyecto y la implementación la hacía un grupo de alumnos de la asignatura de tecnología.

Instalamos un sistema para graduar la temperatura de cada una del centenar de aulas. En realidad no hemos cambiado nada, sólo hemos dotado al edificio de un poco de inteligencia. Ahora hay una sonda en cada aula para medir la temperatura, y un regulador en cada radiador. Los conserjes o el director pueden variar la temperatura y hacer que todos los espacios tengan la necesaria en cada momento. El resultado es que ahora el edificio no derrocha energía, y la reducción del consumo es del 55 %. El IES ha dejado de emitir 90 toneladas de CO2 cada año y ha rebajado el gasto en 40.000 euros de gasóleo al año.

En el ámbito industrial destaca su intervención en un matadero. ¿Como ha sido?
En este espacio gastaban mucho y no sabían por qué. Con nuestro sistema Smart Lite, pero en formato fijo, hemos podido saber cuándo y cómo consumían más energía, midiendo de forma continuada a 46 puntos diferentes: máquinas, refrigeración, etc. Además, al ser un producto que no tiene que pagar licencias y tiene software libre, se ha adaptado fácilmente a sus necesidades.

¿Qué otros proyectos has hecho?
Hemos evaluado el gasto energético de unos concesionarios de coches y, por ejemplo, detectamos un consumo muy alto en fin de semana para ciertos compresores y sistemas de refrigeración que no paraban nunca. En una imprenta hemos podido medir el coste energético de cada máquina de estampación, y se han descartado los sistemas que salían más caros. En una industria cárnica los hemos ayudado a saber el coste en energía de cada línea de producción, para poder repercutir en cada producto o ver si les sale a cuenta.

También hemos hecho actuaciones en alguna casa unifamiliar muy grande, de lujo. Y hemos conseguido reducir el consumo hasta un 60%. Es gracias a todos estos clientes iniciales que confiaron en nosotros que finalmente hemos podido hacer nuestro buque insignia, el Espai Zero.

¿Qué es Espai Zero?
Una vez demostrado que los sistemas domóticos se pueden aplicar para mejorar la eficiencia energética, queríamos ir un paso más allá y probar que se puede llegar a tener un consumo cero. Y esto lo hemos hecho en nuestras propias oficinas, que han convertido en una especie de laboratorio. Hemos ido al límite, hemos aplicado una veintena de sistemas de generación, eficiencia y ahorro energéticos, además de hacer que la gente que trabaja en este centro de trabajo - una veintena de personas- avengan a adaptarse a este modo hacer. Por ejemplo, en invierno deben venir con jersey porque la temperatura que conseguimos es de 20 grados en lugar de los 23 o más de otras oficinas, deben ser conscientes de a qué horas hay más producción solar, tratar de no poner en marcha a la vez todas las máquinas que más consumen, etc. Con todo ello hemos conseguido tener consumo cero durante todo un año.

¿Cuáles son algunos de estos sistemas que ha aplicado a Espai Zero?
En realidad lo más importante es el sistema SCGI, que regula los veinte sistemas de eficiencia energética que tenemos instalados. Sería como tener una orquesta de veinte músicos, y este gestor informático haría de director. El secreto es hacer que vaya todo de manera ordenada para conseguir un consumo cero. Tenemos sensores de temperatura, humedad, presión y aire para evaluar constantemente todos estos sistemas de eficiencia energética. En un año hemos conseguido automatizar la mitad de los sistemas instalados, y esperamos hacer lo mismo con los otros en los próximos meses.

Entre los sistemas que tenemos destacaría el pozo canadiense y la chimenea solar. En realidad lo que hemos hecho es buscar las raíces de lo que se hacía en las casas rurales de la Garrotxa: con una chimenea en la cara sur de la casa, cuando da el sol el aire caliente del interior de este tubo hace una tirada natural. Nosotros lo hemos podido aplicar a un edificio que ya estaba hecho y que tenía un tubo interior. También tenemos un pozo canadiense, que coge el aire fresco que tenemos en el subsuelo del edificio a través del garaje y lo subimos gracias a la chimenea solar. Con todo ello refrigeramos Espaci Zero de manera gratuita. Cuesta creerlo, pero funciona. Por otro lado tenemos generación fotovoltaica, geotermia y acumuladores.

¿Qué haceis con la energía que le sobra?
Una de nuestras máximas preocupaciones es no perder ni un poco de energía. Ya que no podemos venderla porque no nos dejan, lo que hacemos es intentar acumularla, sea en forma de agua, de masa de hormigón o de batería eléctrica.

Y gracias a ello compensamos los días que podemos generar menos. Hasta ahora no nos hemos quedado sin energía en ningún momento, tras un año de funcionamiento. Somos el primer edificio en el estado con consumo cero en un año.

¿Y qué pensáis de esta imposibilidad de vender el excedente de energía?
Es vergonzoso. La situación en España en este sentido da vergüenza. De hecho, no sabemos si nuestro modelo de funcionamiento en Espaci Zero está dentro o fuera de la legalidad, porque cambian las normativas cada dos por tres. Y tenemos muy claro que nos negaremos a pagar por el sol. Si llegamos a tener que pagar por los kilovatios de sol generados a unas placas que hemos pagado nosotros, y con una instalación que hemos pagado con nuestros recursos, nos negaremos. Si es necesario saldremos del control eléctrico.

No es la opción que queremos, porque pensamos que debemos tener una energía de apoyo como tenemos ahora, por si hay algún problema en algún momento. Pero no al precio al que nos la hacen pagar. Nosotros ahora tenemos contratado un servicio eléctrico en Espaci Zero como apoyo de nuestro sistema de autogestión. Como no consumimos energía de fuera, sólo pagamos los mínimos. Hace un año eso eran 60 euros al mes, ahora ya pagamos 160. Es abusivo.

¿Este consumo cero se puede conseguir en otros espacios?
Nosotros no pretendemos que todos gasten cero, porque a estas alturas esto implica un proyecto muy ambicioso a nivel de tecnología. Pero por qué no reducir el consumo al 50% con tres o cuatro de los veinte sistemas que nosotros hemos instalado en esta prueba piloto? Eso sí que lo podemos conseguir.

¿Y después del éxito de Espai Zero, cuáles son sus retos de futuro?
Nuestro objetivo clave es mostrar que podemos aplicar sistemas de eficiencia energética en edificios ya construidos, tanto públicos como privados, como ayuntamientos, escuelas, hoteles, residencias, etc. Y que se puede hacer con números asumibles. Tenemos el know how y recursos propios. Es factible. Y invertimos con trabajo y también con mucha ilusión.

Fuente: Sostenible

Compartir :
Autor de la página

Isabel Sala

Arquitecta técnica investigadora en la Catedra Unesco de Ciclo de Vida y Cambio Climático