#13 Planificación urbana y obstáculos bajo el clima cálido en Brasil

#13 Planificación urbana y obstáculos bajo el clima cálido en Brasil

Con un importante éxodo rural y un territorio muy sensible a los efectos del cambio climático, el Brasil debe reorganizar el tejido urbano de la mayoría de sus ciudades. Esto requiere, en particular, tener en cuenta problemas muy específicos como la proliferación de vectores de enfermedades o la concentración de la oferta de mano de obra en zonas muy limitadas. Sergio Myssior, director y socio de Myr Projetos Sustentáveis, responde a nuestras preguntas.

¿Cuál es el papel de la planificación urbana en la lucha contra el cambio climático?

La planificación urbana tiene el desafío de repensar y reinventar las ciudades, porque el modelo de urbanización que se ha aplicado en las ciudades brasileñas ya no es sostenible. Además, en los últimos decenios, el proceso de intensa migración de la población del campo a las ciudades (en el Brasil, más del 84% de la población vive en las ciudades), no se ha tenido en cuenta como debería haberse hecho. El resultado es una falta de infraestructura y una falta de reflexión sobre la sostenibilidad de las soluciones.

Actualmente, en el Brasil y en toda América Latina, esta situación afecta directamente a las personas de bajos ingresos, obligándolas a vivir lejos de las oportunidades, creando un modelo de urbanización disperso en toda la metrópoli. Esto se extiende luego a otras ciudades de baja densidad, causando una serie de impactos negativos en la vida cotidiana de la población y en el medio ambiente. Cuando la gente vive lejos de las oportunidades, pasa una mayor parte de su viaje diario al trabajo. En lo que respecta a la infraestructura y los servicios, cuanto mayores sean las distancias, más dispuesto estará el sector público a proporcionarlos a un costo más elevado.

Los efectos del cambio climático en el medio ambiente se reflejan en el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, que son el resultado de las largas distancias que hay que recorrer en los medios de transporte predominantemente basados en los combustibles fósiles, tanto públicos como privados. Otros factores que también contribuyen a las emisiones, como la gestión de los desechos sólidos, las largas distancias dificultan la creación de una red integrada de gestión de desechos y saneamiento.

La lógica del crecimiento urbano no ha tenido en cuenta los acontecimientos vinculados al cambio climático, que son cada vez más intensos y frecuentes, como las inundaciones, los deslizamientos de tierra, las islas de calor e incluso los vectores de enfermedades (dengue y chikungunya). La vulnerabilidad de las ciudades al cambio climático es muy alta, no sólo por la forma de urbanización, sino también por la falta de infraestructura y las decisiones tomadas en el pasado, como el sellado del suelo.

¿Qué soluciones urbanas existen para combatir el cambio climático?

Hay una multitud de soluciones que pueden aplicarse para promover la calidad de vida en las ciudades; depende de lo que sea apropiado en cada caso. En general, se trata de partir de una escala macro o regional, para tener una visión de la dinámica, la cultura, la historia, el paisaje, los corredores ecológicos del lugar antes de entrar en un nivel más local o incluso en edificios reales, para poder conectar el paisaje y los espacios verdes, creando así una malla verde.

La forestación urbana es un aspecto al que se debe prestar mucha atención en el contexto urbano brasileño, en lo que respecta a la selección de las especies más adecuadas para las zonas urbanas en relación con sus raíces, pero también en relación con la cuestión aérea, que genera un conflicto que a veces es difícil de resolver. En Brasil, la mayor parte del cableado del sistema eléctrico sigue siendo aéreo, ya que los árboles están plantados en línea con los postes. Los árboles y los cables entran en conflicto, lo que hace que la poda de árboles sea intensa y puede mutilarlos. Las soluciones que se pueden utilizar son una mayor distancia de los cables, creando un jardín donde sea posible. Otra solución que también se aplica es la sustitución de una o dos plazas de aparcamiento por un jardín de drenaje con forestación que también puede ser utilizado como un espacio amistoso e incluso educativo, aumentando así el confort térmico de las ciudades.

En lo que respecta a las infraestructuras azules formadas por ríos, manantiales y aguas subterráneas presentes en el medio urbano, en Brasil estamos todavía en las primeras fases de desarrollo. Sin embargo, es importante identificarlos, preservarlos y, como suele ocurrir, recuperarlos.

En las calles y aceras, es importante implementar soluciones para retener el agua de lluvia e infiltrarla en el suelo natural. Esto puede lograrse mediante el drenaje de suelos o jardines, soluciones de permeabilidad natural y forzada, que promueven la recarga del acuífero. En los episodios de lluvias intensas, cada vez más frecuentes, esto se hace indispensable. Otra solución vinculada al sistema de drenaje son los tanques de retención subterráneos que recogen el agua de lluvia en las horas punta. Esta puede infiltrarse en el sistema de drenaje o reutilizarse para el riego de plantas, la limpieza, el saneamiento, dependiendo del tratamiento que haya recibido el agua.

En cuanto a los edificios, es importante tener en cuenta la orientación solar, especialmente en un país tropical. Actualmente, en Brasil, los edificios siguen importando un estándar internacional de construcción, como grandes fachadas de vidrio y una orientación solar inadecuada, de ahí la necesidad de un sistema de aire acondicionado para combatir esta retención de calor. Por esta razón, es importante tener una correcta orientación solar, además de los sistemas de ventilación natural, para que el sistema de aire acondicionado se utilice con moderación. Maximizar el uso de la luz natural, las lámparas LED y los temporizadores es también una solución que debería aplicarse para reducir el consumo de energía, las emisiones de gas y mejorar la comodidad del usuario.

A menudo se utilizan jardines verticales y tejados verdes. No sólo son soluciones que proporcionan confort térmico, sino que también pueden tener una función social y económica, creando espacios de vida, jardines urbanos. Esto también puede aplicarse en los vacíos urbanos.

En cuanto al consumo de energía, a nivel doméstico, el calentamiento del agua representa más de la mitad del consumo de energía en Brasil. La implementación de calentadores de agua solares es una solución que ya está muy extendida. Además, los paneles fotovoltaicos están empezando a ser introducidos en Brasil. La ANEEL (Agencia Nacional de Electricidad) permite a los productores privados vender la energía producida, que se libera en la red y se establece un equilibrio entre el consumo y la producción.

¿Cuáles son los mayores desafíos en la ejecución de proyectos sostenibles?

Repensar las ciudades que ya tienen una estructura consolidada pero también una necesidad urgente de hacerlas resistentes. La mayoría de las ciudades brasileñas están preocupadas por la vulnerabilidad al cambio climático y sus efectos ya se perciben. Fenómenos como inundaciones, deslizamientos de tierra, islas de calor y vectores de enfermedades pueden ser percibidos periódicamente. Por lo tanto, incluso después de intervenciones importantes, no es posible revertir completamente esta situación en un corto período de tiempo. 

Otro desafío es la educación ciudadana. Brasil es signatario de acuerdos climáticos como el Acuerdo de París, pero estas medidas aún no son visibles en la vida cotidiana del ciudadano brasileño. Sólo en el ámbito de la movilidad, esto significa, por ejemplo, que las personas siguen viajando en transporte individual, utilizando combustibles fósiles, mientras que el uso del transporte no motorizado sigue siendo marginal.

 

Entrevista por Izadora Alcanfôr


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La rédaction C21