Dieta y Fachada Mediterránea

Last modified by the author on 02/12/2016 - 20:34
Dieta y Fachada Mediterránea

En el Mediterráneo tenemos una dieta específica debido a que nuestro clima es diferente del norte de Europa. Pero ¿qué ocurre si comemos los mismos alimentos que come un alemán en Barcelona? Es el mismo ejemplo que si ponemos un edificio con una fachada diseñada para el clima del norte de Europa y lo ubicamos en Barcelona o Málaga. Resultado: No funciona correctamente.

En la Jornada BioEconomic “Fachada Mediterránea 2020” veremos en detalle los beneficios económicos y medioambientales:

¿Por qué?
La arquitectura mediterránea, y en concreto la fachada mediterránea, se basa en las capas que tiene una fachada. Las diferentes capas son para filtrar la luz natural, radiación solar, vistas o intimidad, etc. Necesidades que con un simple vidrio no se pueden conseguir. De ahí que en el sur de Europa haya protección y control solar como persianas, cortinas, toldos, lamas, etc.

Importar la fachada de un edificio directamente del norte de Europa, sin adaptarla al clima donde se ubicará el edificio, es un error. Siempre hemos de adaptar el edificio al clima. Desde los años 80 la cultura, del muro cortina se ha impuesto como dieta en las fachadas. Pero ahora, con los edificios de consumo casi nulo (EECN) tenemos la oportunidad de recuperar nuestra fachada mediterránea actualizada con las necesidades del 2020.

¿Cómo?

Aunque se incorporen nuevos criterios de sostenibilidad en edificios de consumo casi nulo (EECN), hay una normativa que debemos cumplir de forma obligatoria según el CTE en las fachadas sobre:

-       Estanqueidad

-       Radiación

-       Iluminación

-       Acústica

-       Térmica

-       Seguridad (viento + intrusión + incendio)

 

Para cumplir con todos los valores no es necesario poner la solución más cara de cada una de las partes, sino que deberíamos buscar la solución óptima de cada una de las partes para conseguir la óptima fachada. Igual que no por poner las mejores piezas en un coche éste será más eficiente y correrá más: hemos de buscar el equilibrio entre cada una de las piezas para conseguir el óptimo confort, seguridad y ahorro energético. Con la aprobación en septiembre de 2013 del nuevo código técnico de la edificación y DB HE, los nuevos edificios de oficinas deberán tener calificación energética B para uso de oficina o terciario con consumos entre 50 - 70 kWh/m2. Ése es el objetivo.

Otro ejemplo: la opción de colocar en las nuevas ventanas el triple vidrio (que en Alemania es obligatorio) mejora la transmitancia térmica y acústica de la fachada, pero el factor solar no mejora. Seguimos teniendo excesiva radiación aunque tengamos 3 vidrios que incrementa el coste de la ventana. Con el equilibrio de cada una de las partes (U, Fs o g, TL) para conseguir una fachada óptima en cuanto a confort, seguridad y ahorro energético. 

Una propuesta de juego es que la fachada vuelva a ser el primer control energético del edificio y para poder conseguir dichos objetivos requiere de 3 elementos fundamentales.

 

                                TL                           Transmitancia lumínica. Valor óptimo: 1

Cantidad de luz natural que entra por la fachada.

 

                                U.                           Transmitancia térmica. Valor óptimo: 0

Cantidad de calor o frio que entra por la fachada.

                              

                                Fs o g                    Factor solar. Valor óptimo: 0

Cantidad de radiación solar que entra por la fachada.

 

La fachada tradicional siempre ha tenido diferentes y variados filtros que proporcionaban un nivel personalizado de intimidad, privacidad, tamizando y ajustando a la intensidad de la luz natural. Todas estas necesidades de los usuarios se realizaban con cortinas, persianas, toldos y otros elementos de protección solar que permitían un control solar dentro de la arquitectura del sur de Europa.

 

Las empresas trabajando en equipo explicarán en la Jornada BioEconomic “Fachada Mediterránea 2020”  que coordinando cada una de sus soluciones se obtiene una mejor fachada en conjunto. Todas las aportaciones son necesarias y suficientes. Los nuevos y reformados edificios necesitan unas fachadas en las que nuestros clientes tengan la confianza que son fruto del trabajo en equipo, es decir fachadas mediterráneas para el 2020 que sean el primer control energético del edificio aportando confort lumínico, térmico, acústico, seguridad y ahorro energético. Siempre podemos mejorar las fachadas para conseguir los edificios de Consumo Casi Nulo (EECN).

 

Inscripción gratuita en la Jornada: www.bioeconomic.es

 

 

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Autor de la página

Sebastià Parera Fuster

Manager